domingo, 28 de noviembre de 2010

ESCRITURA AUTOMÁTICA

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Miro la blanca pared
Miro la blanca pared


Miro la blanca pared


Miro más la blanca pared



pero no es la misma


respiro, solo por notar el aire en mi nariz, sube, entre mis ojos, se va volviendo húmedo, enfría mi paladar, mi lengua, mi garganta y más adentro, baja, entre mis pechos, me acaricia


Miro la blanca pared


lo guardo, lo tengo conmigo, lo pienso para sentirlo, un instante, que es en realidad el único instante, y luego, ese aire, aliento, hilo rojo, se va escapando sin esfuerzo, sale por mis dedos, mis oídos, moja mis axilas, caliente, mis nalgas, entre mis muslos...


Miro la blanca pared

inmóvil
detenida
quieta


puedo escuchar sus charlas confusas ahí afuera, también un televisor al otro lado



Miro la blanca pared





estoy segura de que no es la misma

sábado, 20 de noviembre de 2010

OTOÑO DE RANAS



*




Las mujeres de Curran miran al infinito.
Las bellas mujeres de Curran no encajan en su sociedad perfecta.






Me gustan ellas porque sienten distinto
y piensan





*


Otoño de ranas

El verano envejece, madre fría,
y los insectos son raros y escuálidos.
En este hogar palustre solamente
graznamos, nos ajamos.

Las mañanas se van en somnolencia.
El sol tardíamente nos alumbra
entre cañas sin nervio. Moscas fáltanos.
El helecho se muere.

La helada hasta la araña envuelve.
Cierto que el dios de la abundancia
por aquí anda. Nuestra gente
adelgaza, da pena.


Sylvia Plath